La piel del deportista merece cuidado

Protección solar e hidratación son las claves para que las personas deportistas mantengan la piel sana.

Por Luis Diego Quirós

Son las siete de la mañana, el día es ideal para correr. Alistamos los tenis, la ropa fresca, los anteojos oscuros, los geles y la hidratación… lo necesario para quemar calorías en el asfalto.

Suena muy bien, y por supuesto es muy saludable, pero hace falta algo muy importante: el bloqueador solar.

Ante la fuerte radiación que emite el sol en nuestro país, ejercitarse al aire libre es muy peligroso y nos expone a problemas en la piel, principalmente con cáncer.

Por eso, hay dos cosas fundamentales que toda persona deportista debe tener claro si quiere proteger este órgano: usar protector solar e hidratarse.

El problema es que a veces olvidamos hacer una o las dos cosas. El dermatólogo Eduardo Arias, presidente de la Asociación Costarricense de Dermatología (ASCODE), señala que la mayoría de las personas se pone bloqueador solar únicamente antes de salir a correr, nadar o andar en bicicleta y cree que va a durar todo el rato en el que realiza ejercicio.

“Lo correcto sería aplicarlo cada cuarenta minutos. Es necesario parar un momento, secarse el sudor y aplicar el bloqueador. Pero hay que ser realistas, y como eso no se puede hacer todo el tiempo, se recomienda que los entrenamientos y las competencias sean a las cinco o seis de la mañana. Cuando el sol no ha salido o apenas emite sus primeros rayos”, dice el especialista.

La segunda recomendación es la hidratación. Se debe hacer siempre, aunque no estemos practicando alguna actividad física. La piel necesita líquido pues cuando se deshidrata se arruga y se lastima.

“Con solo estar sentada a la sombra sin hacer nada, en un día una persona pierde un litro de agua por la evaporación. Y si hace ejercicio debe tomar de tres o cuatro litros diarios de agua”, explica Arias.

¿Qué pasa en la piscina?

Para quienes disfrutan la natación, los cuidados deben ser aún mayores. En el agua, el bloqueador es efectivo apenas veinte minutos. Así que, si la piscina está al aire libre, hay que aplicarse constantemente protección solar. La otra opción es nadar en una que esté bajo techo.

Además del sol, el cloro es otro elemento que daña la piel, y se asocia con una especie de acné que afecta a los nadadores. Si bien no hay muchas formas de evitar el cloro, el dermatólogo Eduardo Arias recomienda usar una pequeña cantidad de vaselina en el cuerpo y así se aísla un poco la piel.

Después del ejercicio

La prevención no es suficiente para cuidar la piel. Inmediatamente después del ejercicio, lo mejor es ducharse con jabón líquido. No se recomienda el jabón tradicional de barra porque la fricción deshidrata la piel. Después de la ducha, lo indicado es untarse la piel con una crema hidratante.

¿Por qué es mejor entrenar temprano?

Hay tres tipos de luz ultraviolenta y de eso depende el daño en la piel.

  • UV-A. Es la primera luz que llega al planeta, es la responsable de que nuestra piel se broncee. Aunque no quema, tampoco es recomendable la sobreexposición.
  • UV-B. Aparece entre 10 am y 3 pm. Es la responsable de las quemaduras y del cáncer de piel. Es 10.000 veces más potente que la UV-A.
  • UV-C. Es la que pasa a través del agujero de ozono. Esa es la peor y afecta a los habitantes de las zonas cercanas a las capas más débiles de ozono.

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